Descripción
¿Por qué lo mataron, es un texto polémico y que tiende puentes para encontrar una luz en el magnicidio de Álvaro Gómez Hurtado. Este libro es un recuento histórico de los aciagos días del proceso 8.000 durante la Presidencia de Ernesto Samper. También es una meticulosa investigación sobre quiénes pueden estar detrás del crimen del líder conservador. Gómez defendió los primeros meses al Gobierno del Presidente Samper, y criticó la intervención en los asuntos internos del país de Myles Frechette, cuando era embajador de los Estados Unidos en Colombia. Al destaparse la tormenta política del 8.000, Gómez se convirtió en un aguerrido enemigo del «régimen samperista y una piedra en el zapato». Luego vino el trágico desenlace y un manto de oscuridad ha rodeado la verdad de los hechos. La impunidad es un estigma en los crímenes políticos en la historia nacional, y el de Gómez Hurtado no es la excepción. El libro expone cómo las investigaciones judiciales no han conducido a ninguna parte: una trama de incoherencias, falsos testigos, algunos con problemas psicológicos, el señalamiento a tres bandas criminales, detenidos que luego son liberados por falta de pruebas, etcétera. Una frase del ex ministro Fernando Botero abre un gran interrogante a un caso no cerrado: «Fue un crimen de Estado». «Ser abatido por ráfagas de ametralladora, como parecía ser mi suerte, no debía considerarlo como un infortunio singular. Quizás no era un «be! morir». Pero en las circunstancias actuales del país y del mundo podría no ser un sacrificio inútil». Gómez defendió los primeros meses al Gobierno del Presidente Samper, y criticó la intervención en los asuntos internos del país de Myles Frechette, cuando era embajador de los Estados Unidos en Colombia. Al destaparse la tormenta política del 8.000, Gómez se convirtió en un aguerrido enemigo del «régimen samperista y una piedra en el zapato». Luego vino el trágico desenlace y un manto de oscuridad ha rodeado la verdad de los hechos. La impunidad es un estigma en los crímenes políticos en la historia nacional, y el de Gómez Hurtado no es la excepción. El libro expone cómo las investigaciones judiciales no han conducido a ninguna parte: una trama de incoherencias, falsos testigos, algunos con problemas psicológicos, el señalamiento a tres bandas criminales, detenidos que luego son liberados por falta de pruebas, etcétera. Una frase del ex ministro Fernando Botero abre un gran interrogante a un caso no cerrado: «Fue un crimen de Estado». «Ser abatido por ráfagas de ametralladora, como parecía ser mi suerte, no debía considerarlo como un infortunio singular. Quizás no era un «be! morir». Pero en las circunstancias actuales del país y del mundo podría no ser un sacrificio inútil». Luego vino el trágico desenlace y un manto de oscuridad ha rodeado la verdad de los hechos. La impunidad es un estigma en los crímenes políticos en la historia nacional, y el de Gómez Hurtado no es la excepción. El libro expone cómo las investigaciones judiciales no han conducido a ninguna parte: una trama de incoherencias, falsos testigos, algunos con problemas psicológicos, el señalamiento a tres bandas criminales, detenidos que luego son liberados por falta de pruebas, etcétera. Una frase del ex ministro Fernando Botero abre un gran interrogante a un caso no cerrado: «Fue un crimen de Estado». «Ser abatido por ráfagas de ametralladora, como parecía ser mi suerte, no debía considerarlo como un infortunio singular. Quizás no era un «be! morir». Pero en las circunstancias actuales del país y del mundo podría no ser un sacrificio inútil». «Ser abatido por ráfagas de ametralladora, como parecía ser mi suerte, no debía considerarlo como un infortunio singular. Quizás no era un «be! morir». Pero en las circunstancias actuales del país y del mundo podría no ser un sacrificio inútil». Álvaro Gómez Hurtado
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